EL
MUNDO
25 julio
2019
Cirugía
estética genital: la nueva moda de las estrellas de Hollywood llega a España
Carmen Fernández
Las técnicas del cirujano David
Matlock, que trata a actrices y 'celebrities' de Beverly Hills, avanzan por todo el mundo como consecuencia
del boom de la depilación total y de la estética del porno.
El empoderamiento de la mujer en
el terreno ginecológico, que impulsaron de manera importante los
anticonceptivos y luego en menor medida los tratamientos para los trastornos
menstruales, los síntomas de la menopausia y los problemas derivados de la
maternidad y de la edad, también ha llegado a la estética genital.
La moda de la depilación total dejó al descubierto una zona
del cuerpo femenino a la que hasta hace poco la mujer no prestaba demasiada
atención y que ahora, también por influencia del modelo minimalista (vulvas
cerradas, casi sin labios y blanqueadas) que impera en el cine porno, está
tomando protagonismo.
Para entender qué está pasando con la estética genital
femenina hay que partir de la base de que no existen los genitales femeninos
normales -cada mujer tiene el suyo y se han descrito más de 400 posibles tipos
(tamaño, forma y color)- y que, además, van variando con la edad y,
especialmente, con los partos, los niveles de estrógenos (menopausia), algunas
patologías y medicación y años de menstruaciones, que los van tiñendo de su
característica coloración oscura.
Lo que ha cambiado es la mentalidad de la mujer, que quiere
estar a gusto con su imagen y con su cuerpo y es mucho más libre, y al igual
que se somete a intervenciones para estar más satisfecha de su nariz o de sus
pechos, también recurre a la cirugía en lo tocante a esa zona íntima.
También han cambiado sus circunstancias: el rol imperante de
esposa y madre dedicada a las labores del hogar ha quedado atrás y hoy muchas
mujeres, autosuficientes profesional y económicamente, sienten la necesidad de
considerarse perfectas, porque tienen relaciones libres o segundas parejas,
porque no aceptan problemas funcionales (molestias en las relaciones sexuales,
roces en la práctica de determinados deportes como la bicicleta) o por la
propia satisfacción de verse y sentirse bien y sentir así más confianza sexual
y una vida de pareja más placentera.
Además, hoy la mujer busca información sobre lo que quiere y
la encuentra con mucha facilidad, no siempre de calidad ni por fuentes
expertas, en internet.
«Los procedimientos de estética genital femenina, o ginecoestética, han experimentado un notable incremento en
los últimos cinco años y son un asunto muy serio, son una subespecialidad de la
cirugía del suelo pélvico, y es muy importante la intervención de los
ginecólogos porque no es solo un tema de estética genital sino también de
funcionalidad; hay que hacer una valoración integral de toda la zona para
garantizar el éxito, aprovechar para resolver otros problemas y no correr
riesgos», explican Javier Del Pozo y María Teresa Gómez Sugrañes,
los dos ginecólogos y obstetras de la Clínica Ginecológica del Centro Médico Teknon, en Barcelona.
Un vacío en la
ginecología
Admiten, no obstante, que las técnicas de ginecoestética son tan nuevas que las sociedades
científicas de su especialidad, al igual que sucedió con la estética mamaria,
aún no han entrado de lleno (se habla de ello puntualmente en algún congreso o
se organizan jornadas o cursos específicos con cuentagotas), con lo que la
mayoría de ginecólogos jóvenes y seniors las ignoran.
Del Pozo informa que, ante este vacío, los cirujanos plásticos, estéticos y
reparadores y otros médicos dedicados a la estética sí están tomando
posiciones.
«De las pacientes que consultan por relajación o amplitud
vaginal, entre el 50 y el 75% presentan otras alteraciones del suelo pélvico y
la vaginoplastia no resuelve estas disfunciones. El
prolapso genital (descenso progresivo hasta llegar a salir al exterior) debe
ser corregido antes de proceder a cualquier técnica de rejuvenecimiento
vaginal. La frontera entre procedimientos estéticos y médicos es en ocasiones
muy difusa», manifiestan Del Pozo y Gómez.
Mientras, las técnicas desarrolladas en origen (desde 1990)
por el cirujano David Matlock, de Los Angeles,
California, que tiene entre su clientela a las estrellas de Hollywood y la
élite de Beverly Hills, avanzan por todo el mundo,
especialmente en centroamérica y sudamérica,
donde las mujeres, según Del Pozo y Gómez, se preocupan mucho más que en Europa
(incluida España) por su aspecto físico. «Entre las actrices de Hollywood
triunfan mucho, por ejemplo, las técnicas para lograr tener un aspecto preconcepcional (de antes de tener hijos)», apunta Del
Pozo.
¿Qué
procedimientos se están empleando para embellecer y reconstruir las partes
íntimas femeninas?
La más frecuente es la labioplastia,
que consiste en reducir el tamaño y a veces cambiar la forma de los labios
mayores y los menores. A menudo se aprovecha para hacer una escisión del
clítoris, un órgano eréctil de forma cilíndrica cubierto por piel que conecta
directamente con los labios menores. Como en todas las técnicas, hay riesgo de
complicaciones: infección postoperatoria, asimetría, curación tórpida (difícil)
de la herida, retención urinaria, retracción de la piel y dispareunia
(relaciones sexuales dolorosas) transitoria, entre otras.
Los labios mayores se pueden aumentar de volumen con tejido
graso y ácido hialurónico y plasma rico en plaquetas cuando hay hipoplasia o pérdida de turgencia a causa de la edad, microtraumatismos diarios (deporte, ropa ajustada) o tras
una excesiva pérdida de peso o después de liposucción abdominal y de monte de venus.
Sobre el controvertido punto G -¿existe realmente?-, Del
Pozo y Gómez informan de que hay diferentes técnicas de aumento como las G-Shot y O-Shot, marcas registradas
por el antes citado Matlock, pero reconocen que no existe evidencia en cuanto a
eficacia y seguridad de estos métodos.
El láser CO2 Scanner Fraccional intravaginal
se usa para tratar la laxitud vaginal, la incontinencia urinaria de esfuerzo
leve y la atrofia de la mucosa vaginal. Se requieren de dos a tres sesiones con
el intervalo de un mes y el efecto dura de 18 a 36 meses.
En rejuvenecimiento vaginal (este término se va perdiendo y
en la actualidad se utiliza más el de vaginoplastia)
el objetivo es devolver a los músculos vaginales la tonicidad perdida por
partos o por el envejecimiento o reconstruir o cambiar el aspecto de la vagina
ya sea por razones estéticas o no. Hay al menos tres tipos de vaginoplastia: anterior, para corregir los prolapsos de
vejiga y útero; posterior, para corregir el prolapso del recto, y colpoperineoplastia anterior o posterior, para corregir,
reducir y tonificar la vejiga o el recto.
También hay la opción de la himenoplastia,
que consiste en restaurar el himen, una membrana carnosa en forma de anillo
situada a la entrada de la vagina cuya función fisiológica exacta se desconoce
y a la que se da mucho valor en algunas culturas porque se entiende que es una
prueba de la virginidad femenina.
Y, por supuesto, está la posibilidad de blanqueamiento de la
zona vulvar y anal, para intentar alcanzar un color
rosado en las dos zonas, más propio de la juventud. Para lograrlo se usan
láser, cremas que contienen substancias despigmentantes
de la familia de la hidroquinona o del ácido kójico y
combinaciones de peelings, que suelen combinar ácido
salicílico y ácido glicólico. El uso de estos productos quema la capa
superficial de la piel, que forma una costra y se cae días más tarde.
Todas estas técnicas no deben considerarse como una solución
a la disfunción sexual femenina (alteración del deseo sexual, dificultad de excitación
o de alcanzar orgasmo), que es un problema complejo y multifactorial. Recuperar
un sexo gratificante exige, a menudo, otros cambios, como los emocionales.